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Mar2020Homo Ludens. Día 13
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Día 13 de confinamiento. Jueves 26 de marzo
Huizinga decía que la condición más auténtica del ser humano, es que es un ser que “juega”. El juego como un motor y factor de desarrollo, concientización de uno y de los demás, como herramienta de aprendizaje, de asimilación de reglas y normas, como factor de sociaciabilización y de civilización. La pedagogía actual habla de “gamificación” –en una terrible españolización de anglicismos- como instrumento de adquisición de competencias, habilidades y conocimientos. Vaya, que el juego, en una clave antropológica, es mucho más que un mero entretenimiento y pasatiempo.
Este confinamiento que nos toca vivir está siendo una oportunidad para recuperar la capacidad de jugar de cada uno de nosotros. No sólo de los niños y niñas con los que vivimos en caa y que quieren y buscan formas de jugar siempre diferentes, sino también para los mayores.
Naipes, piedra-papel-tijera, juegos de mesa, videoconsolas, ejercicios deportivos, juegos con el teléfono móvil, juegos clásicos, juegos online… dedicar algo de este tiempo que se dilata al juego, es más –o puede ser más- que simplemente pasar el rato. Puede ser una ocasión de encuentro, de relajación, de evasión, pero también –en la mejor comprensión clásica de aprender y divertirse, de escuela y teatro unidos- una oportunidad de captar la importancia de las reglas, de la generosidad con los otros, de una sana competitividad que nos impulsa a mejorar lo que hacemos y cómo lo hacemos, de aceptar las derrotas con deportividad y elegancia, de desarrollar nuestra imaginación y nuestra inteligencia lógica, en definitiva, de que el mero pasar el tiempo –en esta situación que nos toca- sea mucho más que ver correr las agujas del reloj, y que podamos aprovecharlo para crecer por dentro.