Abr
Silencio. Día 28.
0 comentariosDía 28 de confinamiento. Viernes 10 de abril.Viernes Santo.
Viernes Santo. Día de silencio y espera. De sinsentidos aparentes. De muerte y fracaso. De dolor y silencio. De no saber y no ver, de no entender. Silencio. Pero un silencio cargado de espera y de esperanza. Confiado, lleno de fe. De esa fe profunda y honda del ser humano, que sabe, que siente, que pre-siente, que es imposible que la vida humana, que la vida de Jesús, sea sólo eso, acabe así. Es necesario vivir la muerte, el sufrimiento, en el misterio profundo de la experiencia de la Pascua, para que la vida se imponga, para que el amor se cumpla, para que la plenitud y la salvación lleguen, para acoger la Resurrección
Es imposible que el sinsentido termine venciendo, Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Es humanamente inconcebible que todo acabe así… Pero aun así, la evidencia del momento y del tiempo concreto tienen su peso y su dolor. Es necesario vivir la muerte, el sufrimiento, en el misterio profundo de la experiencia de la Pascua, para que la vida se imponga, para que el amor se cumpla, para que la plenitud y la salvación lleguen. Sólo quien vive en fidelidad podrá sobreponerse a la muerte, sólo el que vive de fe y de esperanza alcanzará las promesas de vida, sólo quien entrega su vida por amor recuperará su vida, sólo tras pasar por el misterio de la Cruz, Dios devuelve la vida Jesús, y una vida inimaginable antes, la vida plena de la Resurrección. El amor ha de ser, por fuerza, mucho más fuerte que la muerte, pero hoy vemos y nos puede, en su inmensa densidad, el silencio y la muerte en cruz del Señor.
Viernes Santo. Silencio. Muerte. Y esperanza.