Abr
Getsemani. Día 27.
1 comentariosDía 27 de confinamiento. Jueves 9 de abril.
De la liturgia y celebraciones del Jueves Santo me conmueve con una especial emoción la Hora Santa. Ya saben. Acompañar en oración, en memoria y símbolo, a Jesús en el Huerto de los Olivos, Getsemaní. Ese momento de profunda soledad, de profundo dolor, de miedo, de humanidad, de prueba.
Tras la cena, Jesús se lleva a sus más íntimos – Pedro, Santiago y Juan- a que le acompañen mientras él ora. Ellos se quedan medio dormidos. Él se aleja un poco para rezar rostro en tierra. Sabe que está todo ya medido. Que el acto final de su vida comienza. Y se siente profundamente solo y abandonado. Ni a su Padre Dios parece sentir. La confianza de ayer se ha tornado miedo. Angustia. Hasta sudar sangre.
Me conmueve profundamente el miedo, la soledad, la necesidad de amistad, de consuelo, la angustia. Pero más aún me conmueve su fortaleza, su profunda inclinación a seguir adelante, a seguir buscando, a seguir entregándose.
Sé bien por qué hoy, en esta situación de confinamiento, ese dolor, ese miedo, ese vacío se me representa con el rostro de quienes sufren el golpe del COVID19 con saña. Getsemaní, el Huerto de los Olivos, está en las UCIs, en los hospitales, en las residencias de ancianos. Y también en las casas tras la muerte de un familiar, o sin poder acompañarles en su agonía, sin poder despedirse, en los tanatorios, en las morgues de hielo y silencio.
Y solo cabe el silencio. Y pedir la fortaleza para ellos que muestra Jesús aun en medio del dolor.