Abr
Francisco. Día 36.
3 comentariosDía 36 de confinamiento. Sábado 18 de abril.
Uno nunca está preparado para la muerte. Sabiendo que es la única certeza que nos acompaña nada más nacer y toda la vida, nunca terminamos de convivir conscientemente con ella. A veces la ocultamos como ese extraño tabú de nuestro mundo. A veces tratamos de evitarla en el recuerdo o en la consciencia. A veces simplemente está demasiado lejos.
Algo así puede ser en esta situación de confinamiento. Tantas y tantas veces no pasa de ser un número abstracto, lejano, un dato, unas estadística, quizás una mención más o menos distante de conocidos de conocidos. Mueve a compasión, desde luego, a indignación, a una lejana melancolía. Pero no toca cerca. La muerte es una abstracta y lejana realidad. Algo de lo que hablan medios, que les sucede a otros.
Hasta que te toca cerca.
Y aparece con toda su negra realidad. Truncando proyectos, futuros, voces. Segando rostros, miradas, afectos. Se hace concreta. Próxima. Real. Termina con vidas de personas que conoces, que has tratado, con las que has convivido. Te hace hablar en pasado cuando hasta ayer hablabas en presente. Te cubre con un velo de tristeza extraña, de incomprensión e incredulidad.
Y son ya demasiadas muertes cerca.