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El alma española. Día 2
0 comentariosDía 2 de confinamiento. Domingo 15 de marzo.
Sin duda vivimos en el mejor país del mundo. Los mensajes de humor, de positividad, el poner al mal tiempo buena cara, el chotearse de todo lo venido y lo por venir, el hacer de cada cosa un chiste, una risa, una broma, una chufla, son patrimonio español, y ninguna sociedad ni cultura del mundo es capaz de hacer lo que nosotros: abordar cualquiera situación desde ese reírse hasta de la propia sombra. Es un rasgo fascinante de este país. Hacemos broma de todo. A veces de un modo irreverente, quizás soez y por momentos de negro humor, pero también y en muchas ocasiones limpio, blanco, sencillo, inocente e infantil. Y eso, sin duda, ayuda a sobrellevar cualquier inconveniente de otro modo, más llevadero, más positivo, más humanamente.
Pero en el alma española convive junto al humor más carcajeante, una negrura salvaje y violenta, primitiva y bárbara, una especie de energía informe y cerrada, rencorosa, egoísta, que lo mismo se muestra en una violenta reacción, que en un cerril estado de apatía, desidia y aburrimiento.
En esto del confinamiento cabe que cualquiera de las dos actitudes se muestre. Por un lado pareciera que el estar con otros tiene la virtualidad de potenciar la primera, en ese movimiento también tan humano y natural de cuidado del otro, de empatía, de cercanía, de amor, pero el roce no sólo hace el cariño, también arranca chispas, chispas que pueden encender el segundo.
Quizás hemos empezado con mucha fuerza con el primero, y está el temor que se alargue tanto, que dé pie al segundo. En esto es donde se nos pide también concienciación, paciencia, relativizar, calma, buen ánimo, y mantener el buen humor. Sobre todo, mucho humor.