May
De rosas y sueños. Día 53.
0 comentariosDía 53 de confinamiento. Martes 5 de mayo.
El pasado otoño planté un pequeño rosal. No era la primera vez que lo intentaba la verdad. Había probado con semillas, con esquejes, con ramas de rosal salvaje… pero ninguno había conseguido ni salir ni agarrar, ¡todo se me moría!
Con este, desde el principio fue algo distinto. Es verdad que era ya una mini planta, así que lo trasplanté más que muy bien, limpiando la maceta que lo recibía a conciencia y mezclando tierra con mantillo. En estos meses he ido cuidándolo, regándolo, limpiándolo, moviéndolo para que no tuviera demasiado sol, tampoco demasiada sombra. Al comienzo del confinamiento tuve una mini crisis, y es que una mañana descubrí una plaga de insectos que se estaban comiendo un pequeño capullo que estaba naciendo. Tuve que echar mano a distintas formas de plaguicida, pero aún así, ese capullo no lo conseguí salvar. ¡Y mira que intenté de todo! Pero a las semanas, ya limpio el rosal, nacían dos capullos más.
Bueno que me enrollo. El caso es que después de muchos cuidados, por vez primera en mi vida, me han salido dos rosas. Dos rosas rojas, enormes, grandes, preciosas. Dos rosas Red Elegance, que bien podrían ser de foto y de concurso.
Se siente uno realizado cuando los esfuerzos que pone en algo consiguen dar fruto.
Y con esto del confinamiento, todo esto, me venía a la cabeza. Las cosas que se llevan su empeño, su esfuerzo, las cosas a las que les dedicas tiempo y ganas, las cosas en las que inviertes esfuerzo y cariño y dedicación, antes o después, dan su resultado… ¡y eso sienta muy bien!
En este tiempo hemos descubierto cosas, hemos hecho nuevas, hemos intentado otras. Hemos soñado y plantado muchas semillas de futuro, hemos dedicado tiempo y esfuerzo. ¡Que mañana veamos florecerlo!