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Altered Carbon. Día 15
1 comentariosDía 15 de confinamiento. Sábado 28 de marzo
Como en este tiempo de confinamiento hay tiempo para casi todo, aquí uno está siguiendo una serie de esas de las plataformas de entretenimiento que se llama “Altered Carbon” –Carbón Alterado-. Una distopía futurista de un mundo en el que las personas son inmortales porque se transfieren de cuerpo en cuerpo a lo largo del tiempo. En ese mundo oscuro y degradado los muy muy ricos son casi dioses por sus fortunas y pueden hacer lo que quieran, con ellos mismos, y con los demás. Y los demás –quizás más humanos- están reducidos a no ser más que marionetas del poder y la riqueza, a merced de las migajas de una sociedad profundamente injusta.
Es una serie de acción, violencia y sangre, de humor negro, con una historia de investigación de crímenes, pero también con una cierta clave naif e inocente, y desde luego con una veta –como todas las distopías- no sólo de denuncia de cómo puede ser un mundo cada vez a peor si se siguen algunas sendas del hoy, sino también con claves para pensar en cómo nos entendemos, en cómo es nuestra relación con los demás y con nosotros mismos.
Plantea interesantes reflexiones profundamente actuales: el papel de la inteligencia artificial, los límites de la técnica, la clave religiosa, y –sobre todo, central en lo antropológico a raíz de lo técnico-, la relación con el cuerpo humano de cada uno.
¿Qué nos hace ser quién somos? ¿Nuestros recuerdos, nuestra conciencia, nuestra historia, nuestro cuerpo? Plantea las clásicas dicotomías de compresión sobre lo humano, entendiéndolo bien como una dualidad -cuerpo y alma/espíritu/psique separados- bien desde una comprensión –profundamente bíblica- de unidad del yo con el cuerpo: este cuerpo soy yo –no mío- por ser una unidad en lo humano, lo carnal y lo personal.
Conforme vayan pasando los episodios iremos viendo cómo sigue planteando el tema, pero al menos hasta ahora, tiene abierta una puerta fascinante. ¿Y si lo que nos hace ser quien somos fuesen nuestras relaciones? ¿Y si la redención, la transformación, el desarrollo de quien uno es, viniese siempre mediado por las relaciones con los demás, y muy especialmente, desde el amor, que sana, que cura, que redime, que transforma y resucita?